Todos hemos experimentado, o conocido a alguien que haya tenido dificultades para superar alguna materia en la escuela. Nuestro cerebro no está configurado de la misma manera, y por eso a veces hay contenidos que nos cuestan más que otros. Sin embargo, en ocasiones, para algunos niños y niñas estas dificultades se vuelven cada vez más persistentes, llegando incluso a crear un efecto dominó sobre otras materias con las cuales inicialmente no había problemas, y afectando gravemente a su rendimiento académico.

Los problemas en el aprendizaje son multicausales, existen muchos motivos por los cuales pueden llegar a aparecer. Suele darse a menudo una combinación de factores genéticos y ambientales. En el caso de los niños en edad escolar, es necesario realizar una evaluación estandarizada para valorar la existencia de un problema en el aprendizaje, mientras que en adolescentes, es el historial académico el que evidencia dichos problemas.

Es muy habitual que este tipo de problemas acaben generando un impacto sobre el niño o niña que los sufre. A estos niños suele tachárseles de ‘vagos’, ‘torpes’ o ‘poco inteligentes’, cuando en la mayoría de los casos, estos problemas no tienen que ver con la falta de implicación o con la capacidad intelectual. La autoestima de estos niños y niñas se puede dañar gravemente si no se les presta una atención especializada y se refuerzan sus avances, aunque sean menores que los de su grupo de referencia.

Los problemas de aprendizaje que suelen aparecer en edades escolares se clasifican en tres tipos:

• Dislexia o dificultades en la lectura
• Disgrafía o dificultades en la expresión escrita
• Discalculia o dificultades matemáticas y de procesamiento de la información numérica

Es fundamental desarrollar un plan de trabajo individualizado para los niños que sufren estas dificultades de aprendizaje, pero además, es de vital importancia trabajar con ellos en su autoestima y la seguridad en sí mismos. Los niños ne